Hace poco estuvimos hablando de los periodos sensibles ¿os acordáis? sino pudiste verlo o quieres refrescar la memoria mira AQUÍ.
Pues bien ahora nuestro pequeño se encuentra en el periodo sensible del movimiento, también en el del orden, aunque con diferencia el más acentuado es el del movimiento.
Como ya sabréis el inicio del movimiento se da una vez nace el bebé desarrollándose y perfeccionándose según van pasando los meses: levantar la cabeza, coger objetos, darse la vuelta, arrastrarse, gatear, sentarse, caminar, correr, subir escaleras, saltar, etc. Son pequeñas conquistas que van adquiriendo nuestros mágicos niños en un corto periodo de tiempo. Y digo mágicos porque es alucinante ver como en tan poco tiempo realizan avances tan poderosos.
El periodo sensible del movimiento va desde el nacimiento hasta los 18 meses más o menos.
Nuestro pequeño pocos meses después de nacer, pasaba grandes ratos en el suelo, interactuando con el ambiente.
A veces los padres primerizos pecamos en este aspecto pues los dejamos continuamente en hamacas, tronas, balancines, etc. Y la verdad es que en estos sitios los bebés no tienen casi movilidad, no pueden entonces desarrollar de manera natural sus movimientos porque tal vez se vean obligados a no moverse.
Pensando en la filosofía Montessori hablamos de dejarlos descubrir su ambiente, su mundo (por eso es importante ofrecerles un ambiente de seguridad como comentábamos en el post AMBIENTE PREPARADO)
En Montessori, como ya hemos comentado anteriormente, hablamos de la independencia del niño. De que el mismo sea participe de cada momento de su vida. Que se sienta seguro de si mismo sin que nadie se lo tenga que decir. Por ello es importante que dejemos que nuestro pequeño, en el periodo sensible del movimiento, corra, suba escaleras, trepe, etc. Está desarrollando sus habilidades motrices, y poco a poco podremos observar como va perfeccionando sus movimientos. Nuestros pequeños son como sherlock holmes indagando, todo lo ponen a prueba, hay tantas cosas desconocidas en su mundo que todavía tienen que descubrir…que es por eso que necesita dominar sus movimientos para ser independientes y saciar su curiosidad.
Sin ir más lejos, cuando vamos a algún sitio donde hay escaleras, nos pasamos un ratito subiéndolas. Y en ocasiones cuando consideramos, tanto papá como yo, que ya hemos sudado suficiente, nos vamos, y sí, a veces se queja, pero tan apenas. Resulta corta su queja, porque ya ha calmado su necesidad de conquistar esas empinadas y kilometricas escaleras.
Hace poco adquirimos un arco Pikler, que es perfecto para este periodo sensible del movimiento. Nuestro pequeño utiliza el arco para pasar por debajo,trepar, sentarse, incluso arrastrarlo…
Como padres debemos estar alerta a los periodos sensibles de nuestros hijos, de esa manera facilitaremos su conquista, sin entrometernos con una negativa. Muchos de los enfados (que no todos) o comúnmente llamadas «rabietas» de nuestros pequeños nacen de la necesidad intensa por conquistar un periodo sensible. Pero si los padres desconocemos esto, posiblemente hagamos pasar malos ratos a nuestros pequeños.
Hay situaciones en las que no sabemos porque un niño llora, y tal vez solo sea porque al entrar en el comedor ( y estando en el periodo sensible del orden) ha visto que en la mesa del comedor hay jarrón que nunca, jamás de los jamases ha estado ahí, el siempre lo ha visto en otro sitio. Claro tu, con toda la buena intención, acababas de ponerlo ahí porque quedaba mejor que en la estantería…Sí estás alerta, y te das cuenta de lo sucedido volverás a poner el jarrón en su sitio y tu hijo resoplará de tranquilidad 😉