Puede parecer algo sin importancia, pero lo cierto es que una colchoneta a ras de suelo, desde el nacimiento, ayuda a los niños y niñas a descubrir su entorno con seguridad.
La colchoneta es un lugar donde jugar y moverse en libertad, libre de peligros. Proporciona al bebé una superficie cálida para sus horas de juego.
Realmente la colchoneta acompaña el crecimiento del recién nacido, pues no solo la utilizará en sus primeras semanas, sino que también podrá hacer uso durante los siguientes meses, en los que la movilidad comienza abrirse paso.
Cuando ofrecemos un espacio de juego tenemos que tener en cuenta varias cosas:
-¿Favorece su autonomía?
-¿Invita a moverse?
-¿Es segura y cálida?
Disponer de una colchoneta en el suelo, les proporciona autonomía, movilidad y seguridad. Con ella pueden desarrollar sus movimientos y fortalecer su cuerpo protegidos de cualquier caída. Los bebés necesitan explorar su entorno. Descubrir el espacio y los objetos que les rodean sin riesgo.
Cuando crecen, su espacio de juego se convierte en un lugar fantástico para soñar. El ambiente cambia con la edad, y darles la posibilidad de tener un espacio de lectura en casa, les invita a disfrutar de los libros de una manera desenfadada y amistosa.
Elegir una colchoneta puede parecer una tarea sencilla, pero siempre es interesante tener presente si:
-¿Es de algodón?
-¿Es certificada para pieles de bebé?
-¿Es desenfundadle, para poder lavar las fundas?
-¿Tiene disponibles más fundas para cambiarlas por si se manchan?
-¿Es plegable?
-¿Tiene el grosor apropiado para que el bebé pueda subir y bajar de ella sin caerse?
-¿Está fabricada con materiales sostenibles?
-¿Es de producción consciente?
-¿El embalaje es reciclable?
Si estás pensando hacerte con una colchoneta para crear un rincón para tu peque o tus peques, puedes echarle un vistazo a la de la foto. La encontrarás en Tombarella.com una tienda especializada y dedicada a ello, donde podréis consultar cualquier duda.
La Educación Montessori podemos iniciarla desde que el bebé está en el vientre materno.
Una vez nace intentaremos que la transición del vientre materno al exterior sea lo más suave posible, proporcionándole un ambiente acogedor y rico para que pueda continuar desarrollándose con naturalidad como lo hizo dentro del vientre materno.
Uno de los tres puntos importantes dentro de la Educación Montessori es el ambiente preparado, hoy hablaremos de ello. En concreto de la zona de movimiento donde los bebés podrán interactuar con su cuerpo y entorno de manera segura.
El ambiente preparado es un espacio adecuado para que la criatura pueda seguir creciendo como dicta su naturaleza. La persona adulta es la que acompaña, mientras que el ambiente se convierte en un «maestro» para el bebé, ofreciéndole propuestas que le ayudarán a desarrollar todo su potencial.
Maria Montessori escribió poco sobre esta etapa del desarrollo. Por lo que las fuentes de referencia que podemos encontrar, para guiarnos en el acompañamiento de nido, nacen de una de sus primeras alumnas, Adela Costa Gnochi, especializada en primera infancia y fundadora del Centro Nascita Montessori.
¿Cómo debe ser un espacio Montessori para bebés de 0-6 meses?
Para el área de movimiento necesitaremos varios elementos que favorecerán el desarrollo natural de nuestro bebé.
Un espejo bajo y horizontal proporcionará al bebé una experiencia sensorial con la que podrá interactuar de diferentes formas conforme va creciendo. El espejo es importante que sea de seguridad, creado especialmente para este uso. Por esta razón es recomendable que busquéis tiendas que proporcionen espejos elaborados exclusivamente para este fin. El que se muestra en la foto es un espejo de seguridad de la marca MI CUNA .
Otro de los elementos principales de este espacio es una colchoneta.La colchoneta le proporcionará al bebé la posibilidad de poder moverse con seguridad y libertad. Ésta, que podéis encontrar también en MI CUNA, podrá ir sobre una alfombra para aislarla del frío, en el caso de que sea un suelo poco cálido.
Sobre la colchoneta, las primeras semanas de vida del bebé, colocaremos al bebé con el topponcino, un pequeño colchoncito que acompañará al bebé desde su nacimiento y que le ayudará que la transición de la vida intrauterina sea más suave a la vida extrauterina.
El topponcino tendrá impregnado el olor de la madre, porque semanas antes de nacer, la madre podrá dormir con él o tenerlo cerca de ella para cuando el o la bebé nazca, el pequeño colchón, pueda simular ese espacio protegido que era el vientre materno.
Siguiendo con los elementos que deben acompañar un espacio destinado a los y las bebés, nos encontramos con una pequeña estantería en la que se dispondrán diferentes materiales para fomentar y acompañar las primeras necesidades de movimiento del bebé que son:
-Motricidad fina.
-Motricidad gruesa.
-Estimulación sensorial.
Sobre el espejo o colgado en la pared, con ayuda de una escuadra, iremos colocando los móviles de bebé, éstos irán en consonancia con las semanas que tenga el bebé. Por lo que irán cambiando según sus necesidades visuales y de motricidad.
Colocar la zona de movimiento cerca de una ventana nos proporcionará luz natural y aire. De esta forma podemos abrir la ventana para que entre una suave brisa de aire y ayude a mover los móviles de forma natural.
Algunos elementos aconsejados para acompañar estos primeros meses de vida del recién nacido son:
Cada material tiene una función específica, de las que hablaremos en otro post. Todo los materiales para actividades podéis encontrarlos en tiendas y marcas respetuosas como Jugaia y Vaca rules!
En Vaca rules! tenéis en el kit de movimiento un poster con una línea del tiempo para saber cuándo presentar cada material.
Si te ha gustado este post, si te ha ayudado, te animo a que lo compartas para que podamos seguir acercando a las familias una forma de acompañar respetuosa.
Muchas gracias
¡te esperamos en el próximo post! 🙂
TODOS LOS MATERIALES DE ESTE POST PUEDES ENCONTRARLOS EN LOS SIGUIENTES ENLACES:
La televisión desde hace mucho tiempo ha formado, practicamente, parte de la familia. Presidiendo, en muchas ocasiones, casi todos los hogares.
Todos y todas sabemos que la televisión no es el centro de una familia, que hay vida más allá de las pantallas y que existen diversidad de propuestas que podemos hacer juntos sin que tengamos que sentarnos alrededor de una pantalla con un cubo de palomitas.
La cuestión es ¿qué hacemos para que la televisión no sea el centro de nuestra casa y nuestra familia?
Preparar el ambiente es parte fundamental de la educación Montessori, a través del ambiente se invita a realizar determinadas actividades. Si la televisión es el centro de nuestro hogar, indudablemente, vamos a sentir la atracción continua de ponerla. Podemos trasladar este enfoque a la forma en la que disponemos no solo nuestros muebles de casa, sino también, en este caso nuestro televisor.
Hay muchas formas de integrarlo en el hogar sin que se convierta en el centro de nuestra casa.
También es importante que en el centro de nuestro hogar, en ese lugar donde solemos reunirnos haya más vida que pantallas: juegos, juguetes, propuestas de actividad, libros, cuentos…que nos inviten a ser cogidos.
Estanterías abiertas donde podamos ver todas estas propuestas manuales.
Nosotros hace años, en nuestra primera casa, teníamos un mueble de ikea con puertas corredederas que escondía el televisor. Estas puertas las pintamos con pintura de pizarra y se convirtió durante algunos años en un lugar estupendo para pintar con tizas.
aprendiendoconmontessori.com
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Aquí algunas ideas inspiradoras que nos pueden ayudar a esconder o disimular la TV y a crear otro clima más cercano donde las palabras y la conexión de persona a persona predominen más que las pantallas 😉
TELARES
pinterest
domino.com
sarahshermansamuel-rugs-arches-blog
heatherbullard com
CUADROS
housemixblog.com
kristendukephotography.com
MUEBLES Y ARMARIOS
pinterest
Elle decor
TELAS, CORTINAS, ESTORES
sheholdsdearly.com
pinterest
Muchas veces tomamos decisiones muy radicales convirtiendo nuestras ideas personales en exigencias para otras personas y nosotros y nosotras mismas. Quizá la idea no es tanto eliminar las pantallas de nuestra vida o integrarlas como parte fundamental de la familia sino buscar el termino medio y aprender a convivir con ellas ya que en la actualidad y cada vez más van a ser muchas las oportunidades en las que nuestras hijas e hijos se toparan con una, fuera y dentro de casa.
Si te ha gustado puedes seguir todas las propuestas a través de las redes sociales que encontrarás bajo de este post.
Te animo a compartirlo con aquellas personas que creas que puede ayudarles e inspirarles.
Las salidas a la naturaleza nos invitan a vivir los cambios de estación. Cuando estamos en contacto con ella podemos ver los pequeños detalles que hacen que cada estación del año sea diferente.
En casa podemos realizar una hermosa representación, como si estuviéramos recreando un escenario de teatro, donde en cada nuevo cambio de estación, además de salir a la naturaleza a contemplarlo, tocarlo, olerlo y en definitiva vivirlo, podamos interpretarlo en un espacio de nuestra casa.
Nuestra casa no necesariamente tiene que ser grande para poder dedicar un espacio a este ciclo de la vida que la naturaleza nos ofrece todos los años.
Este marco de madera, a modo de escenario de teatro, nos brinda la posibilidad de crear nuestra propia escenografía para interpretar la estación del año que vivimos. El marco puede colgarse en la pared de manera horizontal o vertical sin tener que ocupar una mesa (aunque también tenemos la posibilidad, gracias a su versatilidad, de colocarlo sobre una superficie).
El espacio que destinemos a nuestra representación del ciclo de las estaciones sería apropiado que fuera siempre el mismo, de esta forma, es mucho más sencillo acudir a ese espacio para cambiar los elementos de estación cuando sea necesario u observar e identificar en qué estación estamos gracias a la visualización de éste.
La tela (de algodón, seda, fieltro…) nos ayuda a recrear ese telón para nuestro teatro visual. Podemos, por ejemplo, colocarla arriba del marco y dejarla caer sobre su superficie.
Los colores en este espacio cobran un sentido importante ya que nos ayudan a identificar fácilmente en la estación en la que nos encontramos. Cada estación sabemos que tiene su propia tonalidad, así que trasladarla a nuestro espacio, en casa, será sencillo a través de los colores de las telas que seleccionemos.
Por ejemplo:
PRIMAVERA
VERANO
OTOÑO
INVIERNO
Verde y Rosa
Amarillo y Azul
Marrón y Naranja
Blanco y Azul Claro
En la educación Waldorf son muy populares las mesas de estación. Hace tiempo visité una escuela Waldorf, además de que me pareció hermosa, me enamoré de sus mesas de estación. Nada más verla pensé «de qué forma podríamos traer algo tan bonito a casa». Así fue como encontramos este marco de madera y comenzamos a investigar un poco más sobre las mesas de estación Waldorf.
ELEMENTOS INDENTIFICATIVOS DE CADA ESTACIÓN
Además de colocar las telas, como en cualquier obra de teatro tenemos nuestros y nuestras actores y actrices. Estas figuras en miniatura que vemos en la foto representarían cada una de las estaciones. Los elementos que coloquemos pueden ser muy diversos, desde figuras de fieltro (como las de la foto) a elementos de madera. Podemos acompañar ese pequeño espacio de una postal o lámina con una ilustración representativa de la estación en la que nos encontramos.
PRIMAVERA
VERANO
OTOÑO
INVIERNO
Si os animáis hacer vuestra propio espacio de estación un lugar donde tienen muchos elementos para crearlo, además de la propia naturaleza, es LoraLora.
Los materiales que nosotros hemos utilizado son los siguientes:
En educación Montessori se habla de Periodos Sensibles, puedes leer más sobre ellos AQUÍ.
Los periodos sensibles dotan a la infancia de una sensibilidad especial que impulsa al niño o la niña a descubrir sobre algo en concreto. Algunos de los periodos sensibles que nos encontramos en la infancia son: orden, lenguaje, movimiento…
Podrían confundirse con caprichos pero realmente es una fuerte llamada que siente el niño o la niña que les impulsa a descubrir, practicar y perfeccionar ciertos aspectos.
¿La naturaleza podría ser un periodo sensible?
Lo cierto es que no he encontrado datos sobre ello. Pero si observamos a nuestras criaturas podría parecer que están viviendo las fases que vivieron nuestros antepasados en la prehistoria cuando fueron descubriendo los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego.
El niño o la niña de los 0 a los 7 años (más o menos) siente una enorme atracción hacía estos elementos. ¿Os ha pasado? 😉 Hoy me gustaría hablar de la tierra.
Si nos remontamos a la historia, descubriremos que el barro (arcilla) fue uno de los elementos utilizados para crear pinturas rupestres. Algunos hallazgos arqueológicos han llegado a encontrar restos de arcilla roja. En la prehistoria tanto hombres como mujeres, se cree que utilizaban esta mezcla, para rituales o incluso «maquillaje».
La infancia pasa por ese proceso de descubrimiento. Un descubrimiento que nos prepara para sentir un enorme impulso por interactuar y explorar la naturaleza y todos sus elementos.
¿CÓMO PODEMOS ACOMPAÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS EN ESTE PROCESO DE DESCUBRIMIENTO?
Ofreciéndoles oportunidades en las que estén en contacto con la naturaleza.
Igual que vemos como se prepara un ambiente Montessori en un aula o una casa. Podemos preparar las zonas exteriores, si tenemos en nuestros hogares o colegios, para que sea un espacio para saciar esa sed de curiosidad y ese impulso innato que nos ayuda desde la más tierna infancia a descubrir, en este caso, la naturaleza.
PROPUESTA PARA ACOMPAÑAR A NUESTRAS NIÑAS Y NIÑOS A DESCUBRIR LA NATURALEZA.
Podemos crear un areno, para saciar esa sed de interactuar con la tierra, donde nuestras niñas y niños puedan experimentar tranquilamente con la arena sin que eso suponga un peligro. Para ello es importante tener en cuenta el lugar donde vamos a poner el arenero, ya que muchas veces, los gatos o roedores pueden acercarse a curiosear e incluso a realizar sus necesidades. Así que un arenero seguro puede ser uno que tenga tapas, para que una vez usado podamos taparlo y la arena permanezca limpia.
El arenero también es genial para los días de lluvia ¿por qué no disfrutar de él? Podemos equiparnos con todo lo necesario para disfrutar sin ningún tipo de impedimento.
Hay muchos tipos de areneros, dependiendo del espacio del que dispongamos, podrá ser más grande o más pequeño.
Os muestro como ejemplo el que hemos elegido nosotros, que es de WICKEY (una tienda especializada en materiales de exterior para niños y niña. Tienen, entre otras cosas, casitas de madera y columpios para niños).
El nuestro es el arenero de 150 x 165 cm. Lo hemos elegido por varias razones que señalo a continuación:
-Los niños y las niñas pueden cerrar el arenero fácilmente si le ponemos unas asas.
-Cuando se abre las puertas se crean dos bancos en los que se pueden sentar varios peques.
-Es amplio, por lo que pueden jugar sin sentirse incómodos o agobiados.
-La madera es de exterior lo que facilita su cuidado y durabilidad.
Una vez la abrimos el embalaje del arenero nos encontramos todas las piezas de madera, unas bolsas con tornillos y accesorios propios del arenero y un pequeño manual de instrucciones.
La idea es construir la base y a partir de ahí ir añadiendo las demás maderas. La base es una especie de marco cuadrado.
Nosotros nada más abrir el embalaje lo que hicimos fue sacar todas las piezas y clasificarlas por medidas.
Si en el montaje participamos todos y todas, se hace todavía más atractiva la idea, no solo de disfrutar del arenero sino de saber que hemos estado participando en su montaje, por supuesto, cada persona en base a sus conocimientos y capacidad de esfuerzo.
Y finalmente colocamos la arena de río lavada que la compramos a una empresa de construcciones local. Pensamos que esta arena sería mejor que otras a la hora de manipular con niños y niñas pequeños.
Y una vez realizada toda la faena en equipo ya disfrutamos del arenero en familia, todos y todas nos pusimos a construir y a dar rienda suelta a nuestra imaginación, incluso nos descalzamos para sentir el tacto de la arena, una experiencia muy chula y 0% peligrosa 😉
Y no olvidemos nunca que en familia siempre es mejor… 😉
Para preparar un espacio Montessori vamos a tener en cuenta el ambiente físico y el ambiente psíquico.
Antes de compartir las 10 ideas, me gustaría explicarte cómo es, para que antes de dar un paso puedas comprender la esencia de esta filosofía y educación de vida. No obstante, los 10 tips los encontrarás al final de este post.
En el ambiente psíquico tiene especial importancia la preparación de la persona adulta.
La persona adulta debe conocer las características de la etapa del desarrollo de las criaturas a las que va a acompañar.
Para crear un ambiente preparado para la infancia debe existir una conexión entre el ambiente, la persona adulta y la infancia.
En este triángulo el espacio se prepara cuidadosamente para satisfacer las necesidades naturales de la infancia.
La persona adulta deja de ser la protagonista del espacio para convertirse en una mera observadora centrándose en la criatura. Ella será quien guía el proceso de aprendizaje a través de sus observaciones. Descubriendo los intereses y necesidades de los niños y las niñas y preparando el espacio para satisfacer estas necesidades a través de materiales y propuestas de actividad.
Las criaturas podrán disfrutar expresando sus intereses libremente, escogiendo los materiales que necesiten y teniendo la oportunidad de aprender a través del error y la repetición.
Para fomentar la exploración y curiosidad de la infancia el ambiente, en los salones Montessori, se presenta por áreas de aprendizaje:
-Vida práctica.
-Sensorial.
-Matemáticas.
-Lenguaje.
-Cultura general.
En matemáticas, por ejemplo, los conceptos son muy abstractos y a través de materiales manipulativos se pueden disfrutar de una manera más concreta y entendible.
Gracias a estas áreas, que están relacionadas entre sí, la infancia es capaz de aprender fácilmente todo lo necesario para desenvolverse con soltura en su vida, ya sea en el presente o en el futuro. La educación Montessori es una ayuda para la vida.
Dependiendo del plano del desarrollo en el que se encuentren las criaturas, el ambiente cambia. Según su edad existen unas necesidades u otras.
Un peque de 18 meses no tiene las mismas necesidades físicas, psicológicas y sociales que un peque de 6 años. Por esta razón es necesario conocer y observar a los niños y niñas ya que la observación nos ayudará a crear un espacio respetuoso para las personitas que van a disfrutar de él.
El material del ambiente se presenta bello y cuidado en estanterías abiertas, para facilitar su uso. Todo el material se puede coger fácilmente. No se amontona el material. Se coloca poco y espaciado.
El ambiente debe inspirarnos tranquilidad y paz. Debemos evitar cualquier distracción en paredes con colores estridentes. El protagonismo lo tendrán los materiales y, por supuesto, la infancia.
Cuando entramos en un ambiente Montessori nos sentimos como en casa. En los ambientes Montessori se utilizan, precisamente, elementos que podemos encontrar en un hogar: alfombra, cuadros, fotos, lámparas, plantas, manteles…La infancia siente el calor del hogar durante su tiempo en el espacio, esto favorece su seguridad y tranquilidad.
Los profesionales de la educación, que deciden crear en un espacio Montessori, deben tener en cuenta estos principios a la hora de adecuar su aula.
Preparar un aula a la altura de la infancia, en todos los aspectos, proporcionará, sin duda, más estabilidad emocional y disfrute.
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¿CÓMO PREPARAR UN AMBIENTE MONTESSORI?
Me encantaría animaros a todas y todos los docentes a intentarlo.
Os invito a llevar a la práctica estas 10 ideas:
SEGURIDAD te recomiendo que hagas algún curso o taller, aunque sea de pocos días, donde puedas tomar contacto tanto con la filosofía Montessori como con los materiales. Y después del curso podrás generar nuevas ideas y decidir cómo enfocar tu aula.
EMPATÍA Ponte en los zapatos de tus alumnos y alumnas. Retrocede en el tiempo a tu infancia y recuerda qué cosas de cuando estudiabas no te gustaban y cuáles te hubiera gustado aprender.
INVESTIGACIÓN Observa tu aula detenidamente cuando no estén los peques, puedes hacerlo desde el suelo. Tendrás la altura adecuada para fijarte en lo que necesita un niño o una niña. ¿qué tienes a la vista? ¿qué cosas están muy altas y no alcanzas a ver, incluso no podrías coger? ¿qué cosas te imponen? ¿qué otras te llaman la atención?
MAPA Crea un plano de tu aula, sin muebles. Define las áreas de aprendizaje que vas a trabajar en tu aula. Divide el plano en varias partes, cada una de ellas será un área de aprendizaje: lenguaje, matemáticas, geografía, etc.
PROGRAMA ¿Cómo vas a enfocar la filosofía Montessori en tu aula? A través de proyectos, de rincones o espacios de aprendizaje…
MATERIALES No te preocupes por los materiales puedes crearlo tú reciclando material y además puedes Montessorizar cualquier actividad.
ESPACIO Reutiliza los muebles que tienes en el aula con ingenio. Si tienes armarios cerrados, por ejemplo, puedes quitarles las puertas para que queden abiertos y los niños y niñas puedan coger libremente las propuestas de actividad o materiales.
Incluye plantas en tu aula, pon láminas bonitas y reales adornando las paredes, haz que tu aula parezca un hogar.
EMPIEZA muestra a los peques cómo pueden desenvolverse en el nuevo espacio. Explícales el cambio. En los ambientes Montessori hay tres normas básicas: RESPETO A MI MISMO, RESPETO A LOS DEMÁS, RESPETO A LOS MATERIALES.
Puedes mostrarles cómo andar por el aula, cómo guardar silencio, como andar con una bandeja, cómo mover una silla, como transportar una silla.
OBSERVA, APUNTA, DECIDE Tras un periodo de tiempo de guiar, observar y registrar tus vivencias. Haz un programa piloto de tu aula, para registrar cuáles han sido los cambios, cómo los has hecho, y que pasos has seguido. Esto hará que tu valentía pueda convertirse en el cambio de más profes de tu escuela o de otras escuelas.
Si crees que podemos ayudar a más profes te animo a que compartas. La educación Montessori sí puede ser para todos los niños y todas las niñas.
EVITA LA AUTOEXIGENCIA Y LA EXIGENCIA disfruta de cada día y de cada peque. Acepta cómo es cada personita, toda su esencia y acepta también la tuya 😉
Algunas de las fotos que veis aquí las hice, hace ya mucho tiempo, en un Espacio precioso que se llama Espai Montessori. Podéis conocerles a través de su facebook einstagram.
Hoy tengo el placer de contar con alguien especial, que junto a sus compis, ha conseguido transformar el Aula del colegio público «EL TORO. CRA PEÑAESCABIA.»
Ella es Amparo, maestra y mamá, y ha tenido la generosidad de compartir con nosotras y nosotros un trocito de su trabajo y de su día en El CRA Peñaescabia.
Porque sí se puede cambiar y si se puede Crecer Bonito. Ellos y ellas allí lo han conseguido. Es increíble como muchas y muchos profes lo dais todo y sois capaces de hacer por la infancia lo inimaginable. Vuestro amor por lo que hacéis y por la infancia es un tesoro para la sociedad. ¡Gracias!
Os dejo con ella, Amparo, un rayo de luz en la escuela pública, podéis seguir su trabajo en instagram, @soplo_de_luz , estoy segura que os dará muchas ideas y podéis enriqueceros mutuamente.
Hoy ha salido el sol. Brilla fuerte, con ganas; y aunque es un día frío, apetece salir al campo, a recoger piñas y palos, a ver las flores de las violetas o saltar alguno de los charcos de la tormenta de ayer. En las montañas se ve ya algo de nieve, el invierno está llegando , y en este pueblo de montaña lo esperamos con ganas, pues suele traer algo de nieve de vez en cuando, y el sol con la nieve es una combinación perfecta.
Llegué aquí hace dos años. El aulario de El Toro es un aulario grande, que en su día tenía una clase unitaria , donde estaban los niños de todas las edades, un gimnasio, un despacho…y una clase multiusos, en la que hacía tiempo que nadie invertía tiempo.
Y esa gran aula, llena de luz y de posibilidades, se convirtió en nuestro pequeño paraíso.
Siempre he visto la escuela como algo más que el lugar al que los niños vienen a aprender.Para mí el cole es un hogar, es magia, es confianza y sobretodo , es juego y descubrimiento.
Y por fín aquí podía lograrlo…tenía un aula llena de posibilidades…y 5 niños. Podía elegir dar un gran salto o quedarme en la zona de confort…Y salté, vaya si salté…
Nuestra clase se vació de muebles, sillas y mesas, y se llenó de luz.Tenemos colores , rotuladores y papeles…pero sobretodo tenemos libertad de aprendizaje, juego y exploración. El año pasado fuimos haciendonos con materiales que nos eran de utilidad, gastando cada vez menos materiar perecedero (plástico fuera y mucha madera, telas y materiales naturales, que cuidan y protejan a nuestra madre tierra), y este año , entre formación y formación, vamos aprendiendo y completando: material Montessori en nuestro espacio de aprendizaje,propuestas con elementos naturales , bloques, acuarelas y cuadernos Waldorf que nos hacen disfrutar de la escritura y el arte…
Tenemos nuestra pared de Arno Stern, nuestro espacio de luz, nuestra biblioteca, la casita o nuestra mesa de observación (que ahora está llena de insectos y poco a poco se irá convirtiendo en el paraíso de las abejas, pues así lo están pidiendo), nuestro espacio de materiales (torre rosa, tarjetas de tres partes, materiales de sumas , restas, números…), a los que accedemos libremente (una vez han sido presentados),…tenemos tanto de bonito…
Nuestra aula es un aula multinivel, este es sin duda el mayor de los regalos.
Este año somos 7 niños …7 criaturas maravillosas cargadas de emoción y juego.
Elizabeth, que es la más pequeña(aun no tiene 2 años), observa y aprende mientras nuestro mayor, Isaac,que ya está en primero de primaria, le cuenta un cuento.Lisa (5 años) y Daniela(3 años) juegan con las tarjetas de tres partes .Mientras Aaron (2 años) e Iker (3 años) se han decidido por los trasvases. María quiere crear, así que ha cogido la paleta y se ha lanzado a mezclar colores en vertical, y de paso escribe alguna de esas letras que tanto le gustan.
Las maestras observan , ayudan si el niño lo precisa , y documentan . Que maravillosa es la documentación: observarlos, mirarlos con el corazón atento, emocionándonos con su capacidad de vivir el instante y descubrir en él lo que los adultos hace tiempo olvidamos…
Pero no sería justo hablar de nuestra escuela sin hablar de nuestro entorno. La escuela en la naturaleza es nuestro escenario favorito: Tenemos un gran patio, que aún necesita ser trabajado , pero que poquito a poquito vamos creando. Y sobretodo tenemos campo, mucho.Campo, montaña y aprendizaje…No podemos pedir más.
Y por si todo esto fuera poco, nuestra escuela también es nuestro pueblo. Los ancianos, que nos están buscando nuestro pequeño huerto , que seguro pronto llegará , manchará de tierras nuestras manos y nos hará disfrutar de la cosecha. La alcaldía, siempre dispuesta a ayudar en todo lo que pedimos (que no es poco) , y nuestras familias , que confían en nuestras manos y nos llenan de fuerza para seguir adelante.
Poco a poco vamos dándonos luz y fuerza (como la que nos dan nuestros farolillos que encendimos en la fiesta del farol o nuestra espiral del sosticio de invierno que llegará en breve).
Ojalá os llegue nuestra luz y nuestra ilusión, y pronto vengais a visitarnos….
AULA DE INFANTIL DE EL TORO. CRA PEÑAESCABIA.
Maria Jose (que tanto nos ayuda) , Aaron , Elizabeth , Daniela, Iker, María, Lisa , Isaac y Amparo
Hoy tengo el placer de contar con Cristina Rincón. Ella es profe y se ha formado en educación Montessori. Hace tiempo cambió por completo su aula y la transformó por un aula que sigue a los niños y niñas. Hoy viene a contárnoslo para mostrar que sí se puede y que la transformaciónno solo ha sido a nivel de ambiente sino que esto ha influido a nivel emocional y psíquico. Os dej con ella.
La metodología de mi aula se basaba en el sistema de rincones de juego, en unidades didácticas preestablecidas y en las fichas que se generaban de esas unidades didácticas. Era un aula sin preparar a excepción de un cierto acondicionamiento de juguetes, puzles, algún juego y utensilios para plástica.
Un aula con una importante falta de mobiliario que provocaba situaciones dantescas cuando, por ejemplo, llegaban mini proyectos o actividades que se salían de la ficha. Por citar un ejemplo, para ser más gráfica, tenemos el ejemplo del proyecto del supermercado. Para llevar a delante este mini proyecto había que vaciar dos de los cinco muebles que tenía para poder disponer lo necesario para el supermercado. Esto provocaba que lo que había en esos muebles anterior al mini proyecto había que apilarlo como se podía en otra zona; provocando, por un lado, la pérdida de control y de acceso de los niños a esos materiales durante el tiempo de duración del proyecto y, por otro lado, un gran desorden visual, adquiriendo el aula un aspecto a camarote desordenado.
Mi aula estaba pensada para atender a la masa y no la individualidad. Con propuestas en masa que me agotaban, exaltaban a los niños y que, además, generaba la necesidad de tener 25 de cada cosa: tijeras, pegamentos, almohadillas de punzón, gomas y lápices.
Mi rol en el aula era de supervisión y corrección del trabajo del niño y pasaba la mañana apagando fuegos o resolviendo aspectos de un espacio lleno de carencias. Me sentía atrapada en diferentes problemáticas a lo largo de la mañana por la falta de análisis y diseño del aula. Me sentía respondiendo constante e inmediatamente a las múltiples demandas de los niños. Consiguiendo de esta manera que el niño más protagonista se llevara mi atención frente al callado, o los niños demandantes frente a los tímidos. Me sentía manipulada por los niños en sus demandas, conflictos y casuísticas propias del aula. Perdiendo mucha energía y con sensación de falta de control.
Fue a raíz de mi primer contacto con la metodología Montessori que sentí la posibilidad del cambio y la fuerza y esperanza suficiente para llevar adelante en mi colegio este proyecto.
Hace cuatro años realicé la formación de asistente Montessori AMI con Guadalupe Borbolla en Vitoria-Gasteiz y descubrí la metodología Montessori. Ese verano fui a Galicia para hacer otra formación con Céline Haumery y allí me hablaron de Ainara Muruzabal y de su espacio de formación en Huarte (Navarra). Fue de la mano de Ainara Muruzabal cuando comencé a hacer de mi aula un pequeño laboratorio donde llevar a la práctica los aspectos que iba adquiriendo. Como, por ejemplo: disponer mis juegos de aula en bandejas, las presentaciones como recurso o el uso del tapete. Mas adelante diseñé el proyecto que presenté en el equipo directivo para montar un aula piloto, para conseguir la inyección de capital necesaria, la formación del resto del profesorado, los acompañamientos mensuales en el colegio, la visitas a otras escuelas, no rotar las aulas entre nosotras para asegurar la vinculación con el espacio y el cuidado de materiales.
Poco a poco fui convirtiendo mi aula tradicional a un aula de inspiración Montessori, introduciendo aspectos importantes de esta metodología, como son el ambiente preparado, el sistema de bandejas, los materiales Montessori y la reflexión sobre el rol del adulto.
AMBIENTE PREPARADO Para conseguir la naturalización del espacio pinté las paredes de blanco, combiné la madera y el blanco, dispuse mobiliario aéreo y distribuí las áreas.
Las áreas: asamblea, cuidado de uno mismo y almuerzo.
Asamblea.
Cuidado de uno mismo.
El almuerzo.
Yo definiría el ambiente preparado como un espacio que ha sido pensado y dispuesto para facilitar la autonomía, libertad y seguridad tanto del niño como del adulto. Un ambiente cuidado hasta el último detalle que responde perfectamente a las necesidades del niño.
Ambiente preparado.
EL SISTEMA DE BANDEJAS El Sistema de bandejas consiste en disponer todos los juegos, actividades y propuestas del aula en bandejas y en baldas a la altura de sus ojos. Este sistema, además, de facilitar el acceso al material, acota las actividades y da pautas claras al niño, lo que promueve su autonomía y seguridad.
MATERIALES MONTESSORI Descubrir los materiales Montessori por primera vez me provocó muchas sensaciones. Lo primero que me vino a la cabeza fue preguntarme cómo no sabía que estos materiales existían. Son materiales pensados para el niño que responden perfectamente a sus necesidades y están perfectamente secuenciados.
Materiales: para el área de sensorial, de matemáticas, de lenguaje, de geográfica, de botánica o de zoología.
ROL DEL ADULTO El rol en un aula de inspiración Montessori dista mucho del de un aula tradicional. Aquí el adulto hace un impresionante trabajo de reflexión, preparación de aula y actividades previa a la llegada de los niños. De esta manera puede, durante el tiempo presencial de los niños, acompañar, observar y hacer presentaciones. Todo esto es lo que se ve en los videos de aulas Montessori que me llamaba tanto la atención pareciendo magia, pero que en realidad no es magia si no es el fruto de mucho trabajo y dedicación. Es un adulto que conoce los periodos sensibles y las etapas de desarrollo. Un adulto que sabe de dónde a dónde se tiene que mover un niño de cada edad. Yo lo explico como si fuera un mapa, en mi caso el mapa es niños de 3 a 6, los aprendizajes son atracciones o paradas que hay que hacer durante el viaje. Esto te da mucha tranquilidad y seguridad porque sabes que no te vas a perder, aunque vayas a hacer rutas y paradas diferentes para cada niño y que la meta más o menos importante, lejana e infinita no es lo importante sino esas rutas y esas paradas en definitiva el viaje: como me trataron, me miraron, me acompañaron, me cuidaron. Entonces no miramos al niño en lo que le falta si no en lo que logra en el viaje, en su viaje y valoramos lo que si se lleva en la mochila.
Yo era una profesora de agitar a las masas, cuanto más agitada fuera pues más contentos y mejor entonces era todo, pero descubres que tenemos una concepción errónea de la infancia. Una concepción de la infancia agitada, exaltada, colorida y ruidosa.
“Es cuando sales de esa concepción errónea que empiezas a mirar verdaderamente a la infancia y entonces descubres al niño. Al niño concentrado, atento, disciplinado y en armonía, construyendo su autoestima en seguridad y en tranquilidad rodeado de adultos serenos y presente.”
Cristina Rincón
Muchas gracias Cristina por abrirnos las puertas de tu Aula y por contarnos tu experiencia. Estoy segura que muchos profes podrán disfrutar de tus reflexiones e inspirarse con tus ideas y propuestas. Podréis encontrar a Cristina en instagram en @Cristina.rinconmontessori allí descubriréis propuestas y más consejos para adaptar en el aula.
Las familias queremos lo mejor para nuestras criaturas, de eso no hay duda, pero en esa búsqueda llenamos a la infancia de actividades dirigidas tanto en el hogar, con materiales que no invitan a imaginar o con actividades donde todo está hecho y solo hay una única forma de hacerlo. Como, también, fuera de casa con actividades extra escolares donde la persona adulta dirige esa actividad. Y entre tanto nos olvidamos de algo muy importante: que a veces es necesario dejar a nuestras criaturas que libremente elijan, que libremente creen, que libremente jueguen.
Hace poco en una de mis visitas a casa de mis abuelos, para escuchar sus preciadas historias, mi abuelo me dijo: «Antes no habían tantos juguetes. Yo no recuerdo tener juguetes más que los que yo me hacía…» y en ese momento me acordé de mi pequeño, de la cantidad de inventos que hacía durante el día y de que teníamos que prepararle un espacio dedicado a la creación y la imaginación. ¡Dicho y hecho!
Una balda de estantería como mesa, un panel de madera donde dejar las herramientas y materiales adecuados a su edad.
Destornillador, cinta métrica, cuerda, tijeras, lija, un imán, cinta adhesiva, pinceles, cola blanca, entre otras cosas, eso fue lo que le pusimos.
Mientras preparábamos este espacio de trabajo, alejado de una actividad dirigida, para convertirse en un espacio que invite a la creación de aquello que se imagine, nos dimos cuenta que nos faltaban materiales naturales y reciclados que pudiera tener a su alcance. Así que metimos en cestas maderas: unas más grandes, otras más pequeñas, unas redondas, otras triangulares, etc.
En una caja dejamos tornillos (podéis poner de punta plana para más seguridad).
Colocamos una pizarra para dibujar lo que pueda pasar por su cabeza, si lo necesita , y luego crearlo de manera física.
Algo tan sencillo de hacer y que estoy segura que a nuestras criaturas les ofrece la posibilidad de ser ellos y ellas mismas, las que con su imaginación vean que todo lo que se proponen puede ser posible. Sin que nadie les diga cómo hacerlo o tal vez compartiendo con mamá o papá un momento en familia de invenciones.
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Hoy tengo el placer de contar en el blog con Maria y Laia, dos maestras de Educación Infantil que han preparado un aula siguiendo y atendiendo las necesidades de sus niños. Su instagram es @laportablanca y ellas se conocieron hace dos años cuando les asignaron aulas paralelas de P3 y al mismo tiempo ser tutoras de P3. Su testimonio es la muestra de que con fuerza de voluntad, ilusión y ganas todo se puede lograr y así quieren transmitirlo ellas. Os dejo con sus ganas de cambiar las cosas para mejor…
Somos Maria y Laia. Podríamos deciros mil frases que ya sabéis como: el cambio es posible, si no haces nada no cambiará nada, quien la sigue la consigue… Y todas ellas serán ciertas pero lo que os queremos contar va más allá de todo esto. ¿Qué supone cambiar las cosas? ¿Hacia dónde queremos enfocar ese cambio? Cuando nosotras nos conocimos empezamos a compartir nuestras experiencias y creencias del mundo educativo. Enseguida conectamos, y empezamos a ser cómplices de crear espacios educativos dentro del aula que acogieran al niño, en todos los sentidos.
Pues en efecto, así empezó todo, nuestro cambio personal y profesional; reflexionando, conversando, imaginando y creando.
Cambiar empieza en uno mismo, igual que cualquier aprendizaje, empieza en el descubrimiento y en la práctica. Nosotras nos hicimos la gran pregunta… ¿Qué supone ofrecer un espacio respetuoso y acogedor? A partir de esta pregunta sentimos la necesidad y la responsabilidad de ofrecer a nuestros alumnos lo que se merecían y necesitaban. Queríamos hacer de nuestra aula un espacio que acogiera sus necesidades. Y así surgió la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer con lo que tenemos? Como si fuésemos arquitectas o diseñadoras de interiores, dibujábamos una y otra vez los planos de la clase, dibujábamos, borrábamos…
Nuestra aula estaba llena de mesas, sillas, muebles altos y antiguos, elementos fijos que no se podían mover, sin espacio reservado para guardar material y repleta de juguetes de plástico sin ordenar y sin supervisar.
¿Por dónde empezamos? Pues por lo más básico: ordenando, seleccionando y ¡aniquilando! materiales y juguetes viejos, rotos y pobres a nivel educativo. La frase es tan típica como real: lo importante no es la cantidad, si no, la calidad.
Una vez conseguimos clasificarlo todo en cajas, empezamos a pensar en qué tipo de juguetes queríamos ofrecer a nuestros alumnos. Le dimos mucho valor a los que no son estructurados, hechos de materiales diversos y que ofrecen al niño varias posibilidades de aprendizaje.
Rodeadas de plástico por todos lados, empezamos a crear material de madera, de elementos naturales y reciclaje. Por supuesto, no pudimos crearlo todo nosotras, por eso, también empezamos a gastar algo de nuestro sueldo en la compra de material que creíamos básico para una clase de infantil. Así que nos pasamos muchas horas dando vueltas por Ikea, por Tiger, por páginas web como Jugar i Jugar y por todos los bazares de la provincia.
Seguíamos teniendo un problema, las mesas ocupaban todo el espacio. Quitamos algunas, las que pudimos, nos quedamos con la mitad. La verdad, lo hicimos sin hacer ruido, las metimos dónde pudimos: el cuarto de la caldera, el sótano… Dejamos las 25 sillas y justo un espacio (un poco apretados) para que todos cupiesen sentados a la misma vez en las mesas, para que nadie nos reclamara nada.
Ya teníamos seleccionado los materiales, más espacio en el aula…
Decidimos estructurar el aula en diferentes ambientes… Teníamos claro que para desarrollar un juego educativo, ordenado y rico teníamos que facilitar espacios bien estructurados, claramente delimitados y con el material disponible para que de manera autónoma los niños pudieran usarlo.
¿Pero que hacíamos con los armarios altos como torres? En un momento de locura y conspiración, se nos ocurrió tumbar un armario/estantería que no tenía patas. De esta manera, tumbándolo en horizontal y cambiándole las estanterías de sentido, conseguimos un mueble que nos permitía presentar los materiales a nivel del niño al estilo Montessori.
El resto de muebles-estantería los desencajamos de la pared y los pusimos de manera que separan un espacio de otro. Aun y así, nos faltaban muebles bajos para poder colocar materiales y por eso compramos algunos por Wallapop y otro lo cogimos de la calle el día de “Muebles a la calle”
Estructuramos el aula teniendo en cuenta las inteligencias múltiples.
De manera que creamos varios ambientes (hablamos ahora del aula de P4):
Un espacio de mini-mons o looseparts.
Un ambiente con materiales de lógica y matemáticas.
Un atelier, para desarrollar la creatividad artística.
Un rincón de cuentos, con cojines, colchonetas y sillones para invitar a la lectura.
Otro espacio de escritura y trazo, con juegos, hojas, bolis y pizarras.
No podía faltar un espacio para desarrollar el juego simbólico.
Y por último, un espacio donde hacer asamblea.
Pero aun nos quedaba un gran aspecto a resolver… Dónde meteríamos todos esos materiales que no queríamos ofrecerles a los alumnos y que no podíamos tirar, ya que en el curso siguiente, teníamos que dejarlos en el aula.
¿Dónde almacenábamos los materiales que no queríamos ofrecerles en ese momento? El hecho de pensar qué juguetes queremos que usen, implica reflexionar sobre en qué momento del curso nos interesa que jueguen más con unos o con otros. Así que como buenamente pudimos fuimos colocando encima de los armarios altos y en algún rincón del aula ese pequeño trastero de juguetes… no es lo ideal, pero como siempre nos decimos a nosotras mismas: hacemos lo que podemos con lo que tenemos.
Para terminar, con el resto de elementos fijos del aula, que no podíamos ni mover, ni tumbar, ni aniquilar; les intentamos dar otro enfoque. Como por ejemplo: montar el espacio de escritura donde tenemos la pizarra.
Somos maestras en el aula y fuera de ella. Tenemos una profesión que si la sientes como nosotras, te marca personalmente y profesionalmente, te condiciona y te hace crecer como persona. Hace que estés en continuo aprendizaje ya que sentimos una gran responsabilidad hacia nuestro trabajo (el mejor del mundo jeje).
Respetar la infancia, pura, salvaje y autentica, entender y aprender cómo funciona el cerebro del niño implica luchar contra “lo que se ha hecho siempre”, la comodidad, las modas, el desconocimiento, los “no lo intentes, no lo conseguirás”, implica llevarse algún que otro disgusto defendiendo lo que crees, lo que has estudiado, lo que tu experiencia te dice…
Pero en definitiva, cuando paras y piensas, ¿por qué me desvivo tanto por esta profesión? ¿Quién me manda a mí gastar de mi propio sueldo para trabajar mejor?
Sólo hay una respuesta: por ellos y ellas. Que te reciben cada día con una sonrisa, un abrazo y un te quiero incondicional. Que aprovechan todo aquello que preparas, ellos y ellas que viven motivados por aprender, que te dicen gracias, que te miran con ojos atentos, que te observan mientras no los ves… Que se dejan llevar por sus emociones, que son puros, nobles, incansables. Por ellos y ellas, para que sus vivencias en la escuela vayan de la mano de la felicidad.