A veces nos complicamos la vida, y más en estas fechas, buscando el mejor juguete, el que está más de moda, el que tiene más luces, más sonidos, el que lo hace todo.
Cuando llega el día de abrir el regalo…
Nosotros (padres/madres) estamos tan ilusionados
queremos que lo abra,
incluso habíamos pensado en darle el regalo antes.
Y cuando nuestro peque tiene el regalo en sus manos
nos imaginamos (minutos antes de que termine de abrirlo)
las mil cosas que hará con ese juguete,
todo el tiempo que empleará jugando,
lo mucho que se divertirá,
lo mucho que se concentrará
…y entonces…
lo abre…y está ilusionado sí…le encantaaaaaa,
¡¡ohhh!! hemos acertado…¿o no? ¿qué pasa?
le encanta el envoltorio, le encanta la caja…
¿y el juguete? el juguete está en una esquina.
Porque lo más interesante es aplastar el plástico de burbujas
con los dedos, con la boca, con los pies.
Porque lo más interesante es meterse dentro de la caja,
ponérsela de gorro, esconderse detrás, hacerle agujeros, pintarla
…¿y el juguete? El juguete está en la misma esquina.
Y ahí estamos nosotros con la boca torcida
entre la risa y el llanto
entre ¡oh que gracioso! y ¡madre mía cuanto dinero nos hemos gastado!
Y hacemos todo lo posible para que mire ese precioso juguete
Ahí nos ves jugando con su supuesto juguete
…sí ese que estaba en una esquina…
que ya no está porque tú (padre/madre) estás jugando con él.
¿Y tu hijo? ¿dónde está? metido en la caja.
Si os veis en esta situación el día de abrir los regalos, aquí una de ideas para que todo sea mucho más divertido.
