No veo la Tv desde hace años. Mi idea sobre ella y lo que nos cuentan terminó por zanjar «esa relación».
Intento saber que pasa en el mundo en el que vivo, también intento comprender o más bien asegurarme de que lo que leo o veo es real. Contrastando información.
Cuando escribo en el blog lo hago siempre desde mi perspectiva, mis aprendizajes, mis vivencias, no hablo de verdades absolutas, hablo de mis sensaciones y mis reflexiones. Y siempre invito a que los que me leen puedan obtener más información sobre eso, en libros, en cursos, etc.
Hoy no he podido evitar leer y escuchar comentarios en los que el corazón se me ha partido en dos. Por todos los sucesos que están aconteciendo.
Francia, Turquía, Nigeria, Pakistán, Siria, Túnez, Arabia Saudita, Burundi, Iraq, Alemania, España…y ojalá pudiera parar de decir nombres de países donde el terror ha llegado a la vida de inocentes.
Ayer lancé una pregunta, una pregunta que todos podemos hacernos «¿qué pasó cuando eras niño para que te creas con el derecho de quitar vidas? ¿qué viviste? ¿qué te enseñaron?» y esta pregunta no va en exclusiva al que directamente realiza la acción sino también a los de «arriba», los encargados de mantener a la población «a salvo». Sea aquí o sea allá.
Hablamos de PAZ y se nos olvida que el ODIO no entra dentro de la PAZ. Se nos olvida que somos muchos inocentes en el mundo, vivamos en España, en Siria o en Francia. Seamos ateos, cristianos, musulmanes, judios, etc. Ricos o pobres. Abuelos/as, tías/os, madres/padres o niñas/os.
Queremos vivir, porque nacimos para eso. Se nos dio la oportunidad de experimentar este viaje con el consiguiente derecho a permanecer en el mundo hasta que nuestro cuerpo conductor se apague.
Todos salimos del vientre de nuestra madre desnudos, frágiles, puros, sin miedo, sin odio, sin prejuicios. Y somos acompañados en nuestro camino a la madurez por nuestros adultos de referencia.
«Hoy, hay fuerzas que hacen estremecer al mundo y urgen a la comprensión de la unidad humana. Ya se superó la etapa en que sólo ciertas naciones o grupos raciales podrían ser civilizados mientras que el resto permanecería bárbaro o servil. Si se persiste con estas ideas ya obsoletas no habrá más que guerras y destrucción.
Y ¿cómo se puede lograr un cambio general de mentalidad, si no es gracias al trabajo de un -adulto- que no se comporte como un tirano o un misionero? El -adulto- moderno debe ser un estudiante apasionado de la biología y la psicología del hombre y del niño en crecimiento(…) Es fundamental que la civilización produzca bellos niños»
«El sendero de la vida que cada niño recorre contiene constantes peligros. La vida es un verdadero campo de batalla (…) La sociedad otorga prioridad a la etapa ascendente (…) la sociedad solo se preocupa por las clases privilegiadas. Hasta ahora nunca se ha considerado a los pobres como es debido y además siempre hay otra clase a la que todos, incluso los ricos ignoran: ¡LOS NIÑOS! Todos los problemas sociales se abordan desde la visión de los adultos y sus necesidades. LAS URGENCIAS DEL NIÑO SON MUCHÍSIMO MÁS IMPORTANTES. En él hay fuerzas que pueden permanecer truncadas o desarrollarse hasta extremos que antes eran imposibles de alcanzar (…) No basta con asegurarles un techo (…) LA SATISFACCIÓN DE SUS NECESIDADES ESPIRITUALES DEPENDE EL PROGRESO DE LA HUMANIDAD, LA CREACIÓN DE UNA HUMANIDAD QUE REALMENTE SEA FUERTE Y MEJOR»
Si habéis leído con atención estos dos textos de Maria Montessori, del libro «La educación de las potencialidades humanas» parecería que los haya escrito hoy…pero no es así. Han pasado ya más de cien años desde entonces y el mundo sigue sin darse cuenta de la importancia de la infancia.
Con nuestro dolor buscamos culpables y el tiempo pasa
Con nuestro odio generamos guerras y el tiempo pasa
Con nuestro miedo nos bloqueamos y el tiempo pasa
Y mientras el tiempo pasa los niños crecen…y yo me pregunto
¿cuál será su futuro? ¿qué mundo les estamos dejando?
fuente: foto extraida de google
Dejemos nuestro ego aparcado, empecemos a comprender que nuestro compromiso es salvar el futuro de cada uno de nuestros niños y que esto solo podremos hacerlo gracias a nuestra única y poderosa «arma» LA EDUCACIÓN. Nuestras palabras, nuestra empatía, nuestra cortesía, nuestro amor, nuestra tolerancia, nuestro respeto a los demás es parte de su educación. Nosotros somos los encargados de guiar su camino hasta que ellos puedan hacerlo solos…y será entonces cuando solos…ellos puedan mover montañas…hacer lo que creemos imposible posible. María Montessori decía «LOS NIÑOS SON LA ESPERANZA DE LA HUMANIDAD» y es ahí, en la infancia, donde todos nuestros esfuerzos deben ir dedicados. Y es ahora cuando debemos adquirir un enorme compromiso social. Un enorme compromiso con nuestros hijos, con nuestros pequeños. Mediante el respeto a los demás, con acciones pacíficas donde nuestros pequeños aprendan a gestionar desde el amor y la paz.
Y es ahora…porque mañana será demasiado tarde…
Esto es MONTESSORI. MONTESSORI desde el nacimiento para evitar "retorcer las almas que nacen puras" con nuestra mala crianza y así contribuir a desarrollar personas íntegras y felices que en el futuro hagan la PAZ y no la GUERRA. ¿Qué habrá podido pasar al alma de un terrorista que se inmola, que nació desnudo, puro, del vientre de su madre, para tornarse con los años en una máquina de matar? Algo hacemos mal los adultos por el camino: TODOS. Los que dirigen, los que enseñan e los colegios, los padres y madres que no ven lo que está sucediendo con sus hijos porque están demasiado distraídos en el estrés cotidiando… Y es que es más fácil dar una bofetada o un grito que respirar profundamente en "ese momento" para calmadamente analizar la situación y recuperar el control desde la PAZ y con el perdón. Perdonémonos todos, tratémonos como iguales, con respeto, sin diferencias, y entonces, el mundo cambiará.
Gracias por tu aportación, nada más que añadir, toda la razón.
Un abrazo