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DIFERENCIAS entre rincón de pensar y el Tiempo fuera Positivo

Me gustaría hacer una aclaración para que se entienda que significa el «Tiempo fuera Positivo» de Disciplina Positiva y el «rincón de pensar» también llamado «tiempo fuera». En este último aunque comparten el principio (en cuanto a palabras) «Tiempo Fuera» no comparten ni la idea, ni la intención ni el significado. Por eso agradecería os tomaseis tiempo para leer. Lo primero que quiero hacer es hablar sobre cada uno de ellos y luego mostrar las diferencias de manera más visual.

RINCÓN DE PENSAR
Le llaman la técnica del «tiempo fuera», «rincón de pensar», «silla de pensar» y es conductista. Utilizada para «eliminar» conductas que se consideran inapropiadas por que así lo considera el adulto. Del mismo modo el adulto impone el momento del «tiempo fuera». En algunos caso he podido leer que por cada año cumplido el pequeño debía permanecer un minuto, es decir, que si el niño tenía 3 años debía «reflexionar» durante 3 minutos y así la edad que tuviera. Podemos considerar que el «tiempo fuera» es un tiempo punitivo, de castigo.

TIEMPO FUERA POSITIVO
Cuando nos enfadamos nuestra naturaleza instintiva sale, nuestro cerebro reptiliano aflora. No somos capaces de gestionar nuestra emoción y tomar con calma una posible solución. Estamos enfadados, tenemos derecho a sentirnos así, pero no tenemos derecho hacer daño. Porque al fin y al cabo es nuestro enfado.

En este caso el tiempo fuera positivo, que se utiliza en Disciplina Positiva, es un lugar al que poder acudir sin que nadie nos obligue. Es decir, el adulto no impone al niño que acuda al lugar. Es el niño quien teniendo disposición del lugar (un lugar que ha sido preparado, elegido y titulado por el niño) elije si ir o no. Este lugar, al cual podemos cambiarle el nombre, y el pequeño puede elegirlo…»rincón de la calma, momento de relax, atlantida, rincón de la paz, etc. Será simplemente un espacio para conectarnos con nosotros mismos, volver a nuestro estado de calma para esta vez buscar la mejor solución, y no actuar a corto plazo.  Para ello este espacio debe estar preparado con lo que el niño cree que necesita para calmarse: pinturas para pintar, palo de lluvia, libros, etc.

Ahora vamos a enfocarnos un poco más en las diferencias haciéndolas todavía más visibles. Para evitar posibles malentendidos y ser conscientes de que una cosa no es igual a otra, son totalmente opuestas y la finalidad, como podréis observa, no es la misma.

Vamos a ponernos en situación ¿si? Esto es lo que solemos hacer en los talleres de Disciplina Positiva. Vivenciar y ponernos en la piel de nuestros pequeños. Así que imaginemos. Estamos en casa con nuestra pareja y se nos ha olvidado (a nosotros, sí tu que estás leyendo 😉 ) recoger la ropa sucia y dejarla en el cesto de la ropa sucia.
SITUACIÓN 1: RINCÓN DE PENSAR 
Nuestra pareja nos dice: «¡¡Te has vuelto a dejar la ropa sucia encima de la cama!! ¡¡Vete ahora mismo a tu habitación a pensar en lo que has hecho y cuando yo considere saldrás para ver si has reflexionado bastante!!
Con esta actitud ¿te apetecería realmente reflexionar sobre el hecho? ¿Qué sentirías hacia tu pareja en ese momento? ¿irías a tu habitación sin «rechistar»?
SITUACIÓN 2: TIEMPO FUERA POSITIVO
Ahora pongámonos en la piel de papás. Con la intención de que nuestro pequeño tenga un espacio donde poder recurrir a herramientas positivas cuando se enfade. Así que creamos junto a nuestro pequeño un rincón de la calma y le explicamos en qué va a consistir, cómo le gustaría que se llamara, qué le gustaría que tuviera para que le ayudase a relajarse, etc.
Después de crear este espacio. El niño que tiene 3 años está jugando con un amigo y su amigo lleva un coche brillante y precioso, el pequeño también lo quiere pero su amigo no está dispuesto a dejarlo. El niño se enfada y termina pegando a su amigo.
Adulto: «Veo que estás realmente muy enfadado, yo a veces también me enfado, y no podemos pegar ¿Tal vez te sientas mejor si vas al espacio que creaste para relajarte? ¿Prefieres ir tu solo o te gustaría que te acompañase?» 
Siempre es mejor hablar de lo ocurrido cuando ya ha pasado el enfado. Y tener presente que no obligamos, que esta ( tiempo fuera positivo) es una opción más para nuestros pequeños y por supuesto para nosotros, porque de verdad que deberíamos intentar aplicárnosla. Simplemente se trata de ofrecer más herramientas positivas para canalizar y gestionar el enfado. Porque como digo enfadarse es un derecho que tenemos todos, pero no tenemos derecho a culpar a los demás de nuestro enfado, pues en definitiva es nuestro. Así que debemos canalizarlo y comprenderlo desde la tranquilidad para poder dar con una solución.

Una pausa para respirar no es lo mismo que una mascarilla para respirar. Con esto quiero decir que mientras una cosa «pausa para respirar» el niño se siente capaz y empieza a ser consciente de cuándo y cómo tomarla. La otra «mascarilla para respirar» el adulto decide cuándo y cómo ponerla. NO queremos lucha de poderes, los niños no intentan ponernos a prueba, no son malos por naturaleza. Los niños, son personas pequeñas, intentando  averiguar como funciona esto de la sociedad y convivir con más personas. Así que guiarles en este proceso es sin duda más que importante esencial, y hacerlo desde el respeto debe ser vital.

Os recomiendo un cuento muy chulo que escribió la misma Jane Nelsen.
La historia habla de un niño, Jared, que se enfada y el cuento explica como Jared afronta ese enfado a través del tiempo fuera positivo que en esta caso ha decidido que su tiempo fuera positivo sea en una nave espacial (hecha con cartón) con el decorado del espacio (está de momento solo en inglés).

Si os interesa el cuento lo he encontrado AQUÍ
En este post os comenté como preparar un rincón de la calma. Podéis echarle un vistazo AQUÍ.
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