Cuando un niño se comporta «mal» nos está dando un mensaje que tenemos que descifrar, un mensaje que si sabemos llegar a él entenderemos el motivo que le ha lleva a comportarse de determinada forma. En disciplina positiva se habla de la «creencia» detrás del comportamiento.
Esa creencia es errónea, por tanto el mensaje que le hemos transmitido a nuestro pequeño posiblemente no sea el adecuado.
Por ejemplo…imaginemos que nos levantamos y hay que ir al colegio…tenéis prisa…tú preparas los almuerzos, te vistes como puedes, y mientras vas diciendo «vístete» y como siempre el pequeño empieza a correr y a no hacer caso a tus demandas. «Nos vamos, ponte la chaqueta» y se detiene te mira, y tu le miras vuelve a empezar a correr (y tu ya piensas «me está retando»)…y empiezas los ruegos, las advertencias y finalmente ya no puedes más estás tan irritado/a que le pones la chaqueta con todo tu enfado y las botas y ya no puedes más y le pones todo…antes de que vuelva a salir corriendo…es la única forma que conoces hasta ahora de que lleguéis él a la escuela y tu al trabajo puntuales.
Para muchos padres y madres esta actitud de su hijo hacen que le lancen la frase de «te estás portando muy mal». No juzgo las actuaciones de ningún padre ni madre, no esa no es mi intención, lo que quiero hacer llegar es que el peso de nuestra infancia hace que cometamos los mismos errores que cometieron con nosotros. Repetimos patrones, a veces de manera inconsciente. Pero porque no conocemos otra cosa. Por eso es tan bueno ver que otras posibilidades tenemos para enfocar estas creencias equivocadas hay, y hoy te las quiero mostrar.
Así pues desde la Disciplina positiva este caso se consideraría dentro de una creencia errónea, y para profundizar en ella hablamos siempre de las metas equivocadas. En este caso el pequeño podría estar pensando que solo se le hace caso cuando obtiene la atención excesiva de sus padres, pues siente que solo es importante para su familia cuando están con él.
¿Qué hacer en esta situación?
1.Busca respuestas que le motiven «venga vamos a la cocina, hoy eliges tu el desayuno» (en este caso dale opciones limitadas para elegir).
2.Demuéstrale que te importa aunque no estés en ese momento con él. «Te quiero, me importas mucho, ahora tengo que vestirme, te dedicaré tiempo más tarde».
3.Haz que participe en las actividades, que prepare, por ejemplo, el almuerzo contigo.
4.Sed conscientes del tiempo, y anticiparos. Levantaros antes si hace falta.
5.A veces una sonrisa de complicidad ya basta para decir sin hablar «te estoy viendo, estoy aquí contigo».
Pongo este ejemplo pero pueden ser muchísimos más, tu hijo podría sentirse de muchas otras formas según la circunstancia..puede sentirse que no es capaz de hacer determinada cosa, asumir que no puede, que no va con él. O por el contrario pensar que el tiene el control de todo, que no se le puede obligar a nada. O también querer vengarse o hacer daño a los demás sino se le tiene en cuenta. Todo esto son creencias equivocadas. Del mismo modo nosotros como padres, madres también podemos sentirnos de una determinada manera cuando nuestro pequeño asume una creencia errónea: disgustados, desanimados, tristes, angustiados, desafiados, etc.
Siempre cuando un niño se comporta de una manera inadecuada no podemos quedarnos en la superficie del problema, debemos escavar, debemos ver qué está pasando para que él crea eso…y entonces sacar nuestra caja de herramientas positivas y empezar a utilizarlas. Por eso es tan valioso conocer otras formas de reaccionar ante un acontecimiento de este tipo. Porque si lo hacemos de manera positiva, con herramientas positivas estamos enseñando a nuestro hijo desde bien pequeño buenas habilidades sociales que harán que en futuro el mismo pueda desarrollarlas.
¿Qué herramientas de Disciplina Positiva podemos utilizar?
Para empezar yo siempre digo lo mismo «esto no es una pastilla que te la tomes y el dolor vaya a pasar en 5 minutos» no, no es una pócima mágica, lo que hoy te sirve mañana puede que no. Y ten presente que educar con disciplina positiva no da resultados ahora, sino mañana. Es algo que debe trabajarse, que no es dicho y hecho, que requiere constancia, trabajo por parte del adulto y un continuo reciclaje en cuanto a formación e información.
Soluciones que pueden ayudarte a modificar esa conducta que tiene tu pequeño:
1. Dale opciones limitadas. Vais a cruzar la calle y es peligroso le dices «¿quieres cruzar el paso de peatones de mi mano o en mis brazos? tu eliges»
2. Valida sus emociones «veo que estás enfadado ¿quieres que hablemos?»
3. Confía en las habilidades de tu hijo. Muéstrele cómo hacerlo pero no lo hagas por él. (Si váis a poneros el abrigo muéstrale como puede ponérselo en vez de hacerlo tu por él…AQUÍ por ejemplo tienes un vídeo de cómo puede hacerlo) 4. Haz que participe en actividades contigo, si estás limpiando la casa… tu pequeño puede ayudarte.
5. No hables, solo abraza.
6. Sonríe, muéstrale que estás presente aunque no hables.
7. Distraele con otra actividad u otra cosa. «Se que quieres el juguete que tiene Carlos, pero ahora es su turno, podemos jugar a este puzzle que tienes aquí»