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Consecuencias y Soluciones

En nuestra familia somos partidarios de una educación respetuosa y por eso seguimos la filosofía Montessori y nos servimos de herramientas como la Disciplina Positiva.
Hoy quiero hablaros de las consecuencias, de las cuales María Montessori también habló.
Montessori creía que cometer errores era una parte natural del aprendizaje y que ayudaba a los niños a auto-corregirse y desarrollar más confianza en ellos mismo y habilidades para en un futuro tomar mejores decisiones.
En Disciplina Positiva se habla de consecuencias naturales.
Cuando hablamos de consecuencia decimos que se trata de un hecho que deriva de otro suceso. Pero hay que saber distinguir entre una consecuencia natural y una consecuencia lógica.
CONSECUENCIA NATURAL
Se trata de una situación resultante de un momento espontáneo y natural. Son sencillas y efectivas pues ocurren en el momento. Por ejemplo: «Si se te cae un vaso de cristal, se rompe» en (en este caso en concreto en Montessori se habla de Control de error ¿recuerdas?) «Si está lloviendo y estás en la calle, te mojas» «Si no lavas la ropa, está sucia».
CONSECUENCIA LÓGICA
Las consecuencias lógicas requieren la intervención del adulto, en el caso de que la consecuencia natural no tenga un buen desenlace o pueda perjudicar a alguien, por ejemplo, «tener que ir al dentista por tener un diente estropeado». Estas consecuencias tienen más complicación (por lo que hablaremos más adelante, en otro post) . Es importante saber que a la hora de su entendimiento muchas veces se mal utilizan, pues son los padres los que ofrecemos esta consecuencia lógica y a veces se llevan más allá haciendo que el niño pague por un situación en vez de ayudarle a enfocar un solución. Y es por eso que hay que tener en cuenta que una consecuencia lógica no se trata de un castigo -hacer que el niño pague por algo- sino de hacerle comprender al niño un futuro hecho por ejemplo «Si no desayunas cuando llegues al cole tendrás hambre».
SOLUCIÓN 
Muchas veces la cuestión no está en poner tanto énfasis en la consecuencia lógica sino en ofrecer una solución en la que nuestros hijos, si son mayores, puedan ser partícipes de ella. 
También hemos de ser conscientes de que muchas veces sin los anticipadores de situaciones «Después de desayunar nos iremos a comprar» los niños que también tienen sus pensamientos y sus ganas por realizar una actividad se sienten castigados cuando de repente, sin previo aviso, se les obliga a realizar una determinada tarea con la que no contaban.
Y aquí es donde volvemos a la rutina, de la que en otros post ya hemos hablado.
Muchas familias tienen la falsa creencia de que las rutinas rompen toda espontaneidad y naturalidad, cuando en realidad lo que desencadena no tener rutinas es un caos. En los niños la rutina crea seguridad, saben que va a suceder, nada les pilla de sorpresa y evita que cuando estas rutinas se asientan los padres tengamos que dar ordenes. 

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