Si nos acercamos a la filosofía Montessori y leemos los propios libros de Maria Montessori observaremos la importancia de presentar la realidad a los niños.
Los niños desde que nacen tienen que estar en contacto con su ambiente, necesitan explorar para conocerlo, empiezan con sus manitas pequeñas a intentar tocarlo todo, luego lo saborean, lo agitan. TODOS SUS SENTIDOS SE PONEN EN MARCHA para ir recogiendo las impresiones del ambiente que les rodea. Necesitan primero comprender su mundo ¿quien es papá? ¿quien es mamá? ¿quien soy yo? ¿qué es una cuchara? ¿para qué sirve? ¿qué es una mesa? ¿para que sirve? ¿qué es un guante? ¿para qué sirve?
Necesitan ir de lo conocido a lo desconocido, un proceso que les lleva poco a poco a conocer de manera concreta cada objeto, la función de éste, y su nombre. Pero para eso es necesario mucho tiempo, no podemos forzar sus aprendizajes, debemos seguir sus ritmos, sus instintos guía, el encargado de llevarles poco a poco a explorar de manera espontánea y natural cada rincón de su casa, cada rincón de su barrio y así hasta que van creciendo. Todo ser humano necesita pasar por este proceso de comprensión, necesita imprimir primero las imágenes reales para poder comprenderlas. Si de repente les mostramos algo que no es real, lo tomarán como real, pensarán que existe, pues hablamos de niños. Seres concretos y literales. Si los adultos les decimos «Cuando yo era pequeñ@ todo el pueblo era verde» ¿os imagináis? Mientras nosotros nos imaginamos prados verdes, hermosos, enormes, llenos de vacas, etc. El niño se imagina los edificios verdes, las calles verdes, etc.
Por esta razón Montessori habla de la importancia que tiene en el niño presentarle de los 0-6 años (primer plano del desarrollo, ver AQUÍ) la realidad, tal cual es, con toda su belleza, con toda su magia. Hay cosas estupendas para mostrar a nuestros hijos ¿Por qué queremos que crean en hadas? ¿Por qué queremos que crean en monstruos? Ellos nacieron sin conocer la fantasía, cada impresión que se hace de su mundo se graba como una fotografía dentro de su retina, de su cerebro, encarnan cada concepto, tienen una mente absorbente primero inconsciente y luego consciente.
Podemos ofrecer cada cosa en el momento oportuno, la fantasía es preciosa a partir de los 6 años, cuando nuestros pequeños ya han comprendido la realidad, ya la han tocado, saboreado, escuchado muchas veces, ya saben que es real y que no es real. Pueden abstraer conceptos, están preparados para el pensamiento abstracto, están preparados para cuentos de héroes, hadas, personajes con poderes, etc. Saben discernir entre la realidad y la fantasía…
Pero antes de los 6 años…Como adultos deberíamos, por lo menos, reflexionar sobre esto. Pensar realmente a quien le está gustando el libro, quien de verdad se lo está imaginando y abstrayendo las ideas y quien de verdad está pensando y encarnando cada palabra del libro como si fuera real. ¿El niño o el adulto?
Hay un cuento precioso, cuenta la historia de un abuelo con su nieto. Y precisamente el ejemplo de la ciudad verde la he sacado de ahí. Este cuento lo aconsejo para mamás y papás, sobretodo. Es muy bueno para que entendamos y veamos como el niño realmente experimenta lo que Maria Montessori decía. Os invito a que leáis este POST sobre el cuento.
Y si queréis encontrarlo podréis hacerlo AQUÍ.
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