A los adultos nos encantaría que nuestras hijas e hijos recogieran todo después de utilizar sus juguetes. Y no solo eso sino que además querríamos que lo dejasen todo conforme se lo han encontrado.
Aquí una píldora de realidad: No somos Mary Poppins que a golpe de dedo nos ponemos a recoger. Y en el caso de recoger no va a quedar como antes.
Así que te animo a trabajar una herramienta muy positiva y a la vez difícil: LA PACIENCIA
Hoy quiero mostrarte cosas que sí puedes hacer para expresar de manera respetuosa esta circunstancia.

Es importante que sepamos que las pócimas mágicas no existen en estos casos pero ni para nuestras pequeñas criaturas ni para nosotros que ya somos personas adultas (porque conozco a más de una persona de mi edad que no recoge). Evidentemente las niñas y los niños también son personas por lo que también tienen días en los que son más receptivos y días en los que no les apetece nada.
Como he comentado al principio en este post voy a poner «herramientas» positivas que podemos utilizar en estos casos en las que nuestras y nuestros peques no recogen:
Describe lo que ves: ¡Vaya! Veo en el suelo muchos juguetes, alguien podría tropezarse y hacerse daño.
Ofrece opciones: Juan están los juguetes en el suelo. Es muy fácil que alguien se tropiece. Deben estar en su lugar. Podemos recogerlos juntos si quieres. Yo recojo los rojo primero y ¿tú? ¿por qué color te gustaría empezar?
Escribe un recordatorio: «¡Jugar es maravilloso! Al terminar recogemos»
Hazlo sencillo: Tania los juguetes
Inventaros una canción para recoger: ¡Es hora de cantar nuestra canción para recoger!
Propón Juego: Yo puedo recoger esta mitad mientras tu recoges la otra . Se me ocurre que cada vez que cojamos algo lo llevemos al cesto como si fuéramos un robot.
Da ejemplo como persona adulta de referencia que eres: ¿Tu Recoges tus cosas? ¿Hay alguna pertenencia tuya que no esté recogida? 😉
Ofrece un espacio libre de desorden: si quieres orden ofrece orden.

Y hay algo importante que debemos tener en cuenta ni dos personas recogen igual ni las niñas y niños recogerán como una persona adulta. Así que empecemos a sacar de nuestras vidas la autoexigencia y la exigencia y simplemente vivamos.
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