Hace poco leí un artículo donde se hablaba del descontento por parte del profesorado a ser tan cuestionados por los padres…En este artículo también se hablaba de la actitud de los niños hacía los profesores.
Conforme leía el artículo iba reflexionando sobre tan triste noticia. Y al mismo tiempo vi también por las redes como se lanzaban unos a otros las culpas. Profesores a padres, padres a profesores…lo cual me pareció todavía más angustioso.
Pienso que culparse no es la solución, la culpa solo trae resentimiento, dolor, tristeza, además de un ejemplo erróneo a nuestros alumnos e hijos…que queremos dotarlos de grandes habilidades sociales cuando nosotros parece que somos los primeros en no tenerlas. La culpa en ningún caso trae soluciones y mucho menos soluciones respetuosas. Lo básico para solucionar un problema creo que es sencillamente…buscar soluciones…obvio ¿verdad? pues algo tan lógico…a veces…parece que se nos escapa.
Queremos tener alumnos respetuosos y no los respetamos
Queremos tener hijos respetuosos y no los respetamos
Queremos que como profesores los padres nos respeten y no les respetamos
Queremos que como padres los profesores nos respeten y no les respetamos
¿Dónde está el problema? ¿Dónde está la solución?
NO HAY CULPABLES SINO ERRORES QUE HAY QUE RESOLVER
El error no es malo, el error es un puente de aprendizaje,
no solo para niños sino también para adultos,
nos hace reflexionar, nos hace buscar soluciones
sin error no hay apredizaje ni para el alumno, ni para el profesor ni para el padre/madre.
Por otro lado, el hecho ya de enfrentarnos, de crear lucha de poderes entre padres y profesores (los ejemplos de los alumnos, los ejemplos de los hijos) nos debería hacer replantearnos que tipo de educación hemos recibido y cómo podemos modificarla para mejorarla con nuestros hijos. Porque si seguimos tirándonos los trastos a la cabeza…ellos también harán lo mismo, pues verán que así se solucionan las cosas…pero…¿es cierto? ¿Así solucionamos algo?
Y buscar soluciones no es cosa solo de unos pocos, es decir, no es cosa de que los profesores busquen solos las soluciones, ni tampoco que los padres busquen solos las soluciones y menos cuando hablamos de algo tan importante como la educación. De nada sirve pensar que en los padres recae toda la educación emocional, la disciplina, la educación social, etc. Y de nada sirve pensar que en el profesor recae solo la educación académica. Todas las áreas están interconectadas…o ¿es que acaso podemos dividir nuestra propia persona? mira no que aquí solo hago matemáticas y no siento ni decido (en clase) y aquí solo siento y decido y no hago matemáticas (en casa). Esta visión no es realista. El ser humano está hecho para sentir, decidir, reflexionar, elegir, contar…pero debe aprender hacerlo de una manera social, en la que no todo vale, en la que mi libertad termina donde empieza la tuya. No se trata de libertinaje, se trata de ofrecer libertad social. Una libertad que solo puede ser entendida y aprendida desde el ejemplo del que la promulga, desde el acompañamiento y la conexión.
Así que no estaría de más que empezásemos a trabajar de manera mancomunada HOGAR Y ESCUELA, donde profesores y padres unan lazos de una vez, dejar atrás toda esa mochila que hemos ido llenándo de tremendos pedruscos que dificultan la conexión. Porque no olvidemos que educamos a los futuros hombres y mujeres. A nuestros hijos, a nuestros alumnos. Porque al fin y al cabo ¿qué es necesario para vivir en nuestra sociedad de una manera sana? ¿ser acaso el más listo de la clase? ¿sacar 10 en los exámenes? ¿terminar todos los deberes? o por ejemplo si tengo dos manzanas ¿saber que puedo darle una a quien no tiene? y ¿qué me decís de las emociones? ¿dónde quedan? porque parece que el camino que nos marca la sociedad actual es tener las mejores notas, luchar por ser el mejor, con la consecuente envidia que ello genera…y nadie jamás nos dice que la única competencia que debería existir es la que uno mismo se tiene para mejorar día a día lo que somos. Aprendiendo de nuestros propios errores…porque lo que importa no es ser mejor que el vecino, no señores, lo que importa es mejorarse uno mismo.
Nos queda mucho camino por recorrer, camino en el que vamos a tener que ir desprendiéndonos de aprendizajes que son un lastre más que una ayuda. Camino en el que no debemos olvidar que tanto padres como profesores tenemos una tarea importante que no debería separarse, que debería sin duda unirse…porque caminar en dos direcciones diferentes os aseguro que jamás llegarán al mismo lugar…pero caminar hacia la misma dirección HOGAR Y ESCUELA solo puede traer cosas realmente enriquecedoras. Tomar conciencia es el primer paso.
A veces me da la sensación cuando leo artículos y opiniones como las que os hablaba arriba donde no se por qué nos empeñamos en separar HOGAR Y ESCUELA. Si las personificáramos parecerían «dos personas» teniendo una relación amor-odio , donde la tensión estaría por encima de todo…y que en muchos casos podríamos decir que esta relación termina en «divorcio»…cuando realmente no es así, cuando realmente lo que deberíamos ver es HOGAR Y ESCUELA como una única «persona» indivisible.
No se trata de cuánto haces tu como profesor…ni de cuánto hago yo como madre/padre. NO. Se trata de cuánto podemos hacer ambos. Juntos por nuestros alumnos, juntos por nuestros hijos para mejorar.