13 JUEGOS COOPERATIVOS PARA DÍAS DE TORMENTA

Algo muy extendido entre la población es ver la televisión en los días de lluvía.

Si está tronando y hay una tormenta eléctrica no es recomendable salir al exterior. 

Hoy os traigo una recopilación bien bonita para convertir esos días de tormenta en momentos de conexión familiar en casa o en el aula.

No tenemos porque recurrir a la tablet, la televisión o la pizarra digital, hay muchos más planes más allá de una pantalla y, sin duda, son mucho más recomendables.

En el mercado, y cada vez más, hay muchos juegos de mesa cooperativos que nos muestran la importancia de ayudarnos unos a otros, de respetar turnos, de socializar, de compartir. Valores que una pantalla no nos va a enseñar, sobre todo porque el aprendizaje, para que sea aprendizaje, tiene que ser vivencial. 

La selección de juegos que os presento ha sido muy cuidada, son juegos que muestran valores sociales y fomentan la creatividad e imaginación. 

Estos juegos no se encuentran en cualquier sitio, solo tiendas especializadas con la educación respetuosa son las que apuestan por este tipo de propuestas familiares. 

A continuación os muestro los juegos cooperativos que me han parecido una belleza para disfrutar en equipo. A la derecha de cada uno de ellos encontraréis una reseña para que podáis saber de qué tratan.

BUGS

Juego cooperativo, para más de 4 años, que consiste en  atrapar el máximo número de bichos posibles para poder observarlos. Después han de regresar a sus casas pero el trayecto es peligroso así que entre todas y todos tendremos que intentar que lleguen sanos y a salvo.

GLASSHOUSE

Juego cooperativo, para más de 4 años, que centra su historia en la tierra de las dulces hadas de la noche, donde nunca brilla el sol. En este mundo las luciérnagas cuidan y proporcionan luz suficiente para hacer crecer a las plantas. Pero un travieso gato es un gran amante de las luciérnagas y siempre intenta cazarlas y llevárselas al campo. Así que las hadas de la noche son las encargadas de devolverlas al invernadero sin que el gato les cause más problemas. 

THE GOLDEN KEYS

Juego cooperativo, a partir de 5 años. Transcurre en el castillo de las Cien Torres donde se custodia un tesoro. Las personas jugadoras deberán abrir cuatro puertas secretas para poder entrar pero un travieso fantasma no lo pondrá nada fácil, cooperando seguramente se podrá conseguir y encontrar la piedra mágica de los deseos.

IN THE GARDEN

Juego cooperativo, a partir de 5 años. En un jardín, salido de un cuento de hadas, hay semillas plantadas que se convertirán en otoño en árboles. Las plantas para crecer necesitan luz del sol y ser regadas ¿hacemos juntos más bonito este jardín? ¡Cuidado! a veces los nubarros ocultan el sol y habrá que ser hábil para plantar antes de que lleguen. 

DRESS UP GAME

Juego cooperativo, a partir de 3 años,  donde todos los animalitos tendrán que vestirse de colores. 

STORYTELLING

Juego para contar historias, a partir de 8 años. Tendremos que escuchar atentamente al cuenta cuentas e intentar crear la historia. Aunque, personalmente me gusta transformar los cuentos de siempre, muchos son bastante esteriotipados, así que esto puede ayudarnos a crear nuestra propia historia dándole un giro mucho más respetuoso para todos y todas e inventándonos una nueva forma de jugar este juego, aportándole un punto de valor social ¿por qué no? Siempre se pueden cambiar las instrucciones y los cuentos de siempre que pueden ser transformados 

ZIG AND GO

Juego cooperativo, a partir de 7 años,  para construir un circuito entre todos y todas y crear una reacción en cadena. A los niños y las niñas les encanta crear efectos dominó 🙂 

MYSTERIOUS LIBRARY

Juego cooperativo, a partir de 8 años.  Entre todos y todas debemos intentar rescatara los lectores y lectoras que el Dr. mala Cabeza ha atrapado y reparar los libros rotos para salvar la biblioteca.

HOP! HOP! HOP!

Juego cooperativo, a partir de 3 años. Nuestra misión será convertirnos en pastores y pastoras y  cuidar de las ovejas, llevarlas a comer y devolverlas a casa sanas y salvas. Para ello tendremos la ayuda de nuestro perro pastor ¿lo conseguiremos?

Juego cooperativo, a partir de 3 años. En él trabaremos en equipo  para intentar recolectar las frutas de los árboles antes de que el cuervo nos las robe 😉

Otros juegos cooperativos que pueden ser interesantes

Las tormentas pueden ser oportunidades para crear momentos inolvidables. Si nos animamos podemos hacer que sean todavía más especiales y jugar con estos juegos de mesa, tan chulos, a la luz de una vela o una linterna con nuestra propia banda sonora de fondo: las gotas de lluvía. Seguro que es un plan al que ningún peque querría perderse, tanto si es en el colegio como si es en casa.

Empecemos a buscar recursos que nos mantengan activos y activas, que nos hagan reflexionar, que nos inviten a cooperar, a ayudar, a ponernos en la piel de las demás personas.

Si crees que estas ideas y juegos puede ayudar a alguien que conoces, si te gustan, si no quieres olvidarlas, te animo a que las compartas para que llegue a más profes y a más hogares. 

Mumuchu y Jugaia son tiendas de total confianza, llevo muchos años trabajando con ellos y con ellas y os puedo asegurar que el trato es genial, los envíos son muy rápidos y siempre están disponibles para aconsejar y ofrecer las mejores soluciones. Son familias emprendedoras, que es lo que más me gusta, cercanas, humanas y que saben que necesita la infancia.

Jugaia, por ejemplo, está especializada en juegos cooperativos y tiene una selección muy variada con juegos muy interesantes. Mumuchu se ha especializado en Montessori, y tiene una amplia variedad de materiales Montessori.

Los niños molestan

La infancia molesta.

Hoteles, restaurantes, medios de transporte, si damos una vuelta a cualquier lugar posiblemente veamos dos realidades: o que no se puede entrar con niñas y niños o que no está preparado para las niñas y niños.

Ahora la calle no es como era antes, trozos de tierra, lugares sin apenas coches, donde saltar, correr, trepar, jugar, bailar sin descanso. Donde niños y niñas de todas las edades jugaban. Ahora no, ahora solo hay un trozo de césped un par de columpios en los que hacer turnos. Cuatro o cinco niños y niñas porque los demás están en extraescolares. Porque lo que interesa al adulto es tener un hijo brillante no que su hijo disfrute de su infancia.

Y al llegar a casa la infancia que todavía está llena de energía necesita descargarla y los padres, las madres se ven sobre pasados con tanta energía que controlar y entonces ocurre ¡las pantallas!

Si vas a comprar para toda la semana, los niños, las niñas molestan. Porque hay que hacerlo rápido, porque hay que llenar el carro e irse cuanto antes a casa y entonces ¡las Pantallas!

Si vas al médico y estás esperando, y hablan más alto, o gritan o intentan correr, molestan así que ¡las Pantallas!

Si estás en una cafetería o un restaurante y tu peque está de aquí para allá y te miran los de al lado con cara de pocos amigos, agachas la cabeza y enciendes ¡las pantallas!

Antes habían tribus, tribus sin miedo, tribus de vecindario. Donde todos se cuidaban unos a otros. Donde los niños y niñas incluso ayudaban en casa en las tareas del hogar. Ahora hay una larga lista de quehaceres, mamá, papá trabajan y cuando llegan a casa todo está manga por hombro ¡alguien tendrá que hacerlo! Y no hay tiempo para tanta responsabilidad y no hay tiempo para quemar esa energía de infancia así que lo más rápido es hipnotizar, desconectarlos del presente un poquito así que ¡Pantallas!

Y ¿cómo amar nuestros hijos e hijas si no somos capaces de dedicarnos tiempo ni siquiera a nosotros mismos y a nosotras mismas? Las pantallas queramos o no hacen que dediquemos menos tiempo a ser quienes hemos decidido ser padres y madres.

Retomar lo que hacíamos antes de las pantallas, retomar algo que parece tan sencillo y que inevitablemente se está perdiendo: colaborar en casa, compartir tareas del hogar, jugar juntos en familia incluso aburrirse, también salir a la calle a correr, saltar, socializar, ensuciarse un poco o un mucho. Ir a la naturaleza a explorar, a tocar, a sentir, a gritar…vamos todas esas cosas que la tecnología no hace y que sencillamente es compartir tiempo en familia.

No se trata de entretener a tu hijo a tu hija. No se trata de hacerte sentir culpable, porque no lo eres, no lo somos. Lo que si somos es responsables porque nuestros hijos e hijas no molestan simplemente nos necesitan y necesitan nutrir su infancia con cosas reales que se puedan ver, tocar y sentir…sencillamente que se puedan vivir a través de su cuerpo y todos sus sentidos. Así que te propongo algo.

Si realmente te hace latir algo de lo que he escrito aquí te animo a compartirlo y si quieres reflexionar más sobre este tema y tener un manual inspirador, una guía a la que recurrir cuando llegue de nuevo el caos con ideas, planes, recursos y actividades en familia te invito a que leas este LIBRO.

¡Conecta con tu familia, desconecta de las pantallas!

Jugar sin pantallas. ¿Qué nos está pasando?

Si retrocedemos unos cuantos años, a la edad de nuestros padres y madres comprobaremos como ha ido evolucionando el juego en la infancia. 

Recuerdo escuchar a mi abuela decir que mientras trabajaba en la tienda sus hijas estaban jugando en la calle, a la edad de 4 años, y que yo le pregunté sorprendida»¿pero les dejabais solas?» y ella me respondió «sí, no había problema y si ocurría algo entre los vecinos y vecinas nos ayudábamos». Cierto es que antes no había la cantidad de coches que hay ahora ni tampoco la cantidad de pantallas y extraescolares que hay ahora. 

Las niñas y los niños se juntaban en la calle, eran de todas las edades, y jugaban sin horarios ni presiones. Disfrutaban de su juego. Juegos que no necesitaban juguetes. Juegos que agudizaban el ingenio, que se transmitían de generación en generación (la gallinita ciega, la comba, churro media manga mangotero, las canicas). 

Ahora los niños y las niñas dedican su tiempo a actividades extraescolares, a jugar siempre en el mismo parque de goma, a que si papá o mamá están cocinando los niños y niñas ven la tele para «no molestar» o a realizar actividades programadas entre otras muchas cosas. 

No se trata de demonizar las pantallas más bien de responsabilizarnos a la hora de utilizarlas, no podemos obviar la realidad en la que estamos, la era tecnológica, sin duda, yo estoy utilizando esta pantalla en este momento para comunicarme con vosotros y vosotras. 

Tampoco se trata de infravalorar los  ratos en casa, pues también son necesarios si los pasamos en familia y sin pantallas, ya que nos une, nos conecta y fortalecen nuestras relaciones. 

Lo que si que está claro, y parece que nos estamos olvidando, es de la necesidad de conectar a nivel familiar, de salir de casa, de hacer actividades sencillas y sin mil materiales y en definitiva de disfrutar de la infancia. Me gustaría matizar que salir de casa no tiene porque significar ir siempre al mismo parque, ni siquiera ir al parque, porque un descampado puede ser un espacio de juego. 

Recuerdo de pequeña divertirme en la calle. Esperaba entusiasmada el día que cerraban la calle al tráfico ,la que estaba al lado de mi casa,  y me pasaba la mañana y la tarde jugando en la calle. A veces jugábamos con la goma, otras con la cuerda, otras a las canicas o las palmas. Recuerdo llegar a casa sucia pero con una sonrisa de oreja a oreja.  

A veces me aterra ver la evolución del ser humano, el como poco a poco hemos ido desvinculándolos de la naturaleza y del tiempo en familia. El como la infancia está viviendo en su propia piel este fenómeno tecnológico con una carga emocional que no podemos imaginar.

Hace tiempo  me propusieron hacer un libro y pensé que un libro que unificara el tiempo en familia y reflexionara sobre el uso de las pantallas sería interesante. Un libro con actividades pero no de las que necesitas tropecientos materiales y quinientas horas para prepararlo o hacerlo. La idea era hacer u libro de sentido común de esos que inspiran, de los que recuerdan lo olvidado, de los que no necesitan más que a veces pura espontaneidad. Y así llegó 365 actividades para jugar sin pantallas en familia. Podéis verlo AQUÍ.

Quizás deberíamos plantearnos la manera de ocupar nuestro tiempo, sí, nosotros los adultos. Tal vez deberíamos ser conscientes de la repercusión que está tomando todo esto y empezar a recordar nuestras raíces. Sin juzgar, sin demonizar, simplemente utilizando el sentido común. 

Os espero en facebook e instagram para seguir aprendiendo, reflexionando y haciendo camino en este mundo de la crianza y la educación respetuosa.