
Montessori en el Hogar (X): Ambiente sin Competencia

Ya conocemos un poco más de nuestros pequeños,desde la visión Montessori, hemos visto que son seres concretos (Montessori en el Hogar IV) que pasan por unos periodos sensibles cuando son pequeños y que estos son temporales (Montessori en el Hogar V), y también que debemos darles libertad, pero siempre guiada (Montessori en el Hogar VI). Y hoy vamos hablar de los premios y castigos como medio educativo en Montessori.
Para empezar y terminar en Montessori NO se utilizan PREMIOS NI CASTIGOS. ¿Por qué?
Los premios tienden a llevar a nuestro pequeño a realizar algo con intención de recibir aprobación. El peligro de esto es que el niño deja de actuar por satisfacción propia a cambio de obtener algo ajeno.
El niño termina de realizar una actividad de vida práctica, como por ejemplo, poner la ropa en la lavadora, y tu al terminar le dices eufóric@ «¡muyyyyy bien!». Estaríamos hablando de premio, y si sigues haciéndolo sucesivamente con todas las cosas, el niño ya estará condicionado a tu muy bien, esperará recibirlo y cuando no lo reciba entonces se preguntará ¿no lo he hecho bien?
En Montessori queremos que ellos sean independientes, autónomos, que sean capaces de tener un espíritu critico, que sepan cuando una cosa esta bien o mal, sin que tu se la digas, que ellos mismo te lo digan a ti. «Mira mamá que bien he limpiado los platos».
Con el castigo ocurre igual. Puesto que lo que detiene a tu hijo de no realizar o de realizar una cosa es el temor a las consecuencias negativas, no una comprensión ética y moral en cuanto al bien y el mal.
» Si no recoges los juguetes te quedarás sin ver la TV» La idea sería «Te voy a mostrar como se recogen los juguetes en casa» «No…no quiero» » Está bien, estás cansado y yo lo entiendo quizás tu hermano/papá quiera ayudarme» puede ser que no los recoja, y te toque recogerlos a ti y a papá, pero el ya te ha visto recogiéndolos, sabe que en casa se recogen las cosas.
Hemos de mostrarle al niño como queremos que se comporten dando ejemplo. Las normas básicas de convivencia serían: respetarse a sí mismo, a los demás y respetar los materiales (muebles, juguetes, etc). Esas son las tres normas que en un salón Montessori que se deben cumplir, en una casa donde se quiera llevar a cabo esta forma de comprender y vivir ocurre igual.
Montessori educaba para la paz ¿qué sentido tendrían los premios y los castigos en su metodología? Sería una contradicción. La paz no es una condición debe ser un estado natural para nuestros hijos y la sociedad.
Hasta la próxima, nos vemos en facebook.
No es la primera vez que oigo que «en la educación Montessori a los niños les dejan hacer lo que quieren» y me quedo pensando «mmm vaya, creo que la palabra libertad no se comprende muy bien» Además siempre es bueno que para hablar de cualquier cosa conozcamos de que estamos hablando y lo hagamos contrastando la información de primera mano.
Por curiosidad la he buscado en google y esto es lo que me ha salido «Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad».
Si os dais cuenta no es lo mismo hacer lo que quiero con libertad excesiva y abusiva, libertinaje, que elegir lo que quiero hacer de manera responsable dentro de una sociedad, libertad.
Os esperamos en facebook ¡Hasta mañana! 🙂
Vamos a conocer un poco más de nuestros pequeños desde la visión, para mi, de una genio, María Montessori.
Recuerda que antes de esta entrada tienes Montessori en el Hogar (I) (II) (III), te aconsejo que si no las has leído las leas antes, de forma sucesiva, hasta llegar a la entrada de hoy.
Llevar Montessori al hogar, no es tarea fácil, pero es tan precioso poder vivirlo,y verlo día tras día que…¿por qué solo unos pocos van a tener la oportunidad de hacerlo?…creedme conforme más conozcáis más os atrapará el corazón.
Montessori habló de que los niños de 0-6 son concretos. Por eso ella mencionaba la importancia de presentar al niño la REALIDAD.
Ella decía que el niño no sabía distinguir entre la realidad y la FANTASÍA y es tarea del adulto mostrarle a esas edades lo que realmente es, lo que puede tocar, ver…Sentir en definitiva. A fin de cuentas el niño es un ser concreto, totalmente literal.
Personalmente intento evitar las lecturas, videos y demás de hadas, duendes, dragones, perros que hablan, cerdos que van vestidos de humanos y cuidan de gallinas y cosas así. Está claro que está a la orden del día y ¡estamos rodeados! 🙂 Pero os aseguro que mi pequeño alucina más cuando ve una gallina real, o un perro por la TV que cualquier otra cosa.
¿Qué nos cuesta a los adultos hacer este esfuerzo? Porque el esfuerzo lo hace el adulto eh…eso de no disfrazar a sus pequeños o no hablarle de hadas cuesta. A veces pensamos que lo bonito está fuera de nuestro mundo…y no es así, hay cosas maravillosas que descubrir en la realidad, y que son realmente fascinantes.
Los niños se creerán lo que les digas, aprovecha, habla de la realidad, que se maravillen con ella.
«¡Mira que hormiga! tan pequeña donde la ves puede levantar 50 veces su peso…» «Sí papá…y cuanto son 50?» » Ven….vamos a pesarnos 50 veces» (el niño pesándose en la báscula) «ostras papá todavía tengo que subir más veces a la báscula?» » Si hijo…» «uff papá pues 50 veces son muchas veces eh, la hormiga es muy fuerte»
Y no pienses que Montessori está en contra de la fantasía, no, simplemente lo deja para otra etapa de la vida del niño, a partir de los 6 años, que es cuando realmente sabe diferenciar la ficción de la realidad, y es capaz de inventar mil cosas, pero siempre vuelve a aterrizar en la tierra, a poner los pies sobre el suelo.
No se trata de ser radicales, se trata de lógica, si tu a tu hijo le dices que te lo vas a comer a besos (cuidado que se nos escapa a todos) fíjate en la cara de tu hijo en plan «ayyyy que me va a comerrrr!!!» son literales 🙂
No les demos un mundo que no existe cuando están forjando su personalidad. Todavía están descubriendo todo lo que les rodea, ni siquiera saben como abrir un grifo, vestirse, peinarse, para que tu les muestres otro mundo que encima no existe. Todavía están intentando comprender el suyo, en el que están y viven. Les fascinará más aprender abrir el grifo, peinarse o vestirse, «huauu! cómo lo hace mamá? a ver…mmm» le encantará ver un caballo, tocarlo y oirlo relinchar.
Ellos se fascinan ya de por sí con cada cosa que su mundo real les presenta ante sus ojos…dejemos a los niños disfrutar de lo tangible, que su mente vaya colocando cada cosa en su lugar, y luego cuando ya hayan construido su «yo» entonces…podrán y sabrán y querrán fantasear. Pero todo a su edad…
Hasta la siguiente entrada os esperamos en facebook.